El precio del petróleo West Texas Intermediate (WTI), referencia para Ecuador, cerró abril de 2025 en $57,98 por barril, el nivel más bajo desde 2021, según Investing.com. Con un castigo de $10, el crudo ecuatoriano se vendió a $48, muy por debajo de los $63,57 presupuestados para el financiamiento del Estado en 2025, reportó El Universo el 1 de mayo. Esta caída, impulsada por el aumento de producción de la OPEP+ y aranceles de EE. UU., reduce los ingresos petroleros en $1.200 millones, complicando el déficit fiscal de $5.000 millones.
La producción de Petroecuador, que cayó 7,22% entre enero y marzo de 2025, agrava la situación, con 2,6 millones de barriles menos que en 2024. El cierre del bloque 43-ITT, problemas en el oleoducto SOTE y el declive de campos maduros limitan la capacidad de Ecuador para compensar la baja de precios. Analistas como José Orellana advierten que la meta gubernamental de 580.088 barriles diarios está lejos de los 471.539 actuales, según la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburos (ARCH). La presión de EE. UU. para fijar el WTI en $50, junto con la guerra arancelaria, añade incertidumbre.
El gobierno de Daniel Noboa busca contrarrestar la crisis con inversión privada y nuevos contratos de participación, pero las perspectivas son sombrías. Goldman Sachs prevé un WTI de $51 para 2026, lo que mantendría la presión fiscal. Mientras, el alza en exportaciones no petroleras, como minería y cacao, y $1.250 millones del FMI podrían aliviar el panorama, según el Banco Central. Sin embargo, la dependencia del petróleo, que representa el 32% del financiamiento estatal, exige ajustes urgentes para evitar un mayor endeudamiento.
