La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha desatado un revuelo inesperado tras rediseñar su ropa interior sagrada. Las nuevas prendas, que incluyen versiones tipo tank top (sin mangas) —algo inédito en casi 200 años de historia—, llegaron al mercado estadounidense generando largas filas y un mercado negro.
Según reporta The New York Post, se registraron:
- Filas de más de tres horas afuera de las tiendas.
- Fieles llorando en TikTok al conseguir una prenda.
- Un mercado negro donde los creyentes pagan más de $150 dólares por un juego importado desde Uganda, Kenia o Filipinas.
¿Por qué la polémica?
El problema radicaba en las prendas antiguas, que consistían en camisetas blancas de manga corta y pantalones hasta la rodilla. Diseñadas para recordar a los fieles su compromiso con Dios, resultaban tan modestas que eran incómodas de combinar con ropa normal.
Las mujeres mormonas habían expresado que la versión tradicional les causaba incomodidad física, vergüenza corporal e incluso afectaba su vida sexual.
Cuando la iglesia anunció una versión “un poco más reveladora” pensada para climas cálidos y húmedos, la comunidad reaccionó con euforia. Influencers y estilistas como Andrea Fausett y McKenna Banks confirmaron la alta demanda, con gente dispuesta a hacer lo que fuera por conseguir el nuevo diseño.
El fenómeno ha sido observado por no creyentes con desconcierto, comparándolo con “una iglesia haciendo un drop de mercancía”.








