Dritan Gjika, ciudadano de origen albanés y señalado por las autoridades como el líder de una influyente red criminal transnacional, ha sido capturado en Dubái tras una alerta roja emitida por Interpol. La detención de Gjika representa un golpe significativo contra el tráfico de drogas y el lavado de dinero a escala global.
Las investigaciones, lideradas por la Fiscalía General del Estado y la Unidad de Lavado de Activos de Ecuador, revelaron que Gjika habría orquestado una compleja estructura para el envío de cocaína desde Colombia, a través de puertos ecuatorianos, hacia Europa. Este circuito ilícito, que habría operado por al menos una década, utilizaba empresas fachada, incluyendo exportadoras agrícolas y cárnicas, para blanquear las millonarias ganancias obtenidas del narcotráfico.
A principios de 2024, la “Operación Pampa”, una acción coordinada entre autoridades ecuatorianas y españolas, asestó un duro golpe a esta organización. Las redadas resultaron en la detención de casi 30 personas y la incautación de bienes por más de 30 millones de dólares, incluyendo propiedades, vehículos de alta gama y cuentas bancarias. La investigación desveló conexiones entre mafiosos albaneses y ciudadanos ecuatorianos, así como una extensa red de enlaces internacionales con ramificaciones en Panamá, España e incluso los Emiratos Árabes Unidos.
Gjika no solo se dedicaba al tráfico de drogas y al lavado de dinero, sino que también se le vincula con el manejo de fondos para campañas presidenciales y una conexión directa con Rubén Cherrez, allegado a Danilo Carrera, cuñado de Guillermo Lasso. Las autoridades sospechan que esta organización logró infiltrarse en varios niveles del poder económico y político del país.
Su presencia en Ecuador subrayó cómo el país se ha convertido en un punto estratégico en las rutas globales del narcotráfico, con Gjika estableciendo conexiones con mafias locales para operar desde puertos clave para el envío de drogas, especialmente hacia Bélgica y los Países Bajos.