agosto 13, 2025 | Actualizado ECT
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CDMX bajo agua: drenaje colapsado, aeropuerto rebasado y una mala decisión política

agosto 12, 2025 | 19:53 ECT

La Ciudad de México vive una realidad que ya no sorprende: cada temporada de lluvias deja a la capital sumergida, con calles convertidas en ríos y caos generalizado. Tres verdades crudas definen este panorama: el drenaje colapsa periódicamente, el Aeropuerto Internacional está rebasado sin mantenimiento eficaz y la cancelación del aeropuerto en Texcoco resultó una decisión desastrosa.

1. El drenaje está saturado y envejecido

La infraestructura hidráulica de la ciudad fue diseñada hace más de medio siglo y ha sido desbordada por la realidad demográfica actual. El conocido “drenaje profundo”, inaugurado en los años setenta, operaba con expectativas de vida útil entre 30 y 50 años.

Hoy, esa vida útil ya expiró, y la red no solo está obsoleta, también ha perdido pendiente por el hundimiento del suelo —un fenómeno agravado por la sobreextracción del acuífero—, lo que multiplica los encharcamientos. Añádele basura, tubería corroída, fugas y una expansión urbana desordenada que impermeabiliza el suelo. El resultado: un sistema que se ve obligado a operar al límite, sin capacidad para responder a tormentas moderadas, mucho menos a fenómenos extremos.

2. El AICM colapsa y no hay plan alternativo solventeAnte lluvias intensas, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México queda fuera de operación: pistas inundadas, vuelos cancelados, pasillos convertidos en charcos, pasajeros atrapados… todo un caos que se repite con preocupante frecuencia.

El problema no es solo el aguacero: es la falta de mantenimiento y soluciones infraestructurales reales. A pesar de contar con una opción alterna —el Felipe Ángeles—, la cercanía y conveniencia siguen situando al AICM como el principal. Sin embargo, sin inversión ni refuerzo en su drenaje o en su protección contra lluvias, el colapso amenaza cuya funcionalidad, especialmente ante eventos internacionales de alto volumen de visitantes, como el Mundial 2026.

3. Cancelar Texcoco: una decisión que hoy pesa más que nunca

La cancelación del Nuevo Aeropuerto de Texcoco no solo fue una derrota desde el punto de vista económico (pagos millonarios sin una construcción funcional como resultado), también fue una oportunidad perdida en términos de infraestructura resiliente.

El NAICM contemplaba redes hidráulicas integradas, reforestación, lagunas de regulación, entubamiento de cauces, plantas de tratamiento y recuperación del entorno natural del lago de Texcoco. Esa visión conjunta de transporte, agua y medio ambiente quedó sepultada. Hoy, tras décadas de abandono de ese terreno, las lluvias están recuperando fragmentos del lago como humedales naturales: un espejismo de lo que pudo haber sido una infraestructura integral y una solución verdadera a largo plazo.

Mirando al futuro: urgencias y soluciones

¿Qué se necesita hoy? Primero, una inversión masiva, real y sostenida en modernización y mantenimiento del drenaje profundo: desde sustitución de tuberías, sistemas de bombeo, hasta la recuperación de áreas verdes e instalación de humedales urbanos que absorban agua pluvial.

Segundo, fortalecer el AICM con drenaje específico, protección perimetral anti-inundaciones y protocolos ágiles para evitar paralizaciones.

Tercero, pensar a gran escala: retomar, aunque sea en parte, la lógica del enfoque hidráulico y ecológico que propuso Texcoco, integrando soluciones ambientales con infraestructura urbana.

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