Tras la condena del expresidente Álvaro Uribe Vélez por soborno y fraude procesal, el Centro Democrático ha iniciado una ‘cruzada’ en su defensa. El partido declara la inocencia de Uribe y califica el proceso como ‘venganza política’ para judicializar la política. La batalla es legal y política: legalmente, habrá apelaciones ante el Tribunal Superior de Bogotá y la Corte Suprema, insistiendo en la presunción de inocencia. Políticamente, buscan reestablecer el honor de Uribe y fortalecer el ‘uribismo’ hacia las elecciones de 2026.
Líderes del Centro Democrático, como María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, han enfatizado que la lucha es política, descrita por Cabal como orquestada para debilitar. Valencia reafirma su respaldo, llamando a la ‘firmeza’. Desde el gobierno, la condena es celebrada como ‘fallo en derecho’, mientras el Centro Democrático mantiene la postura de ‘montaje’ judicial buscando anular la decisión. La incertidumbre política persiste.
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