Chile ha anunciado la construcción del Complejo Penitenciario “El Arenal” en Copiapó, una infraestructura que estará enclavada en el desierto de Atacama, considerado el más árido del mundo. La obra, con una inversión cercana a los 324 millones de dólares, busca convertirse en uno de los penales más modernos de América Latina. Con 76.000 metros cuadrados y una capacidad para 2.160 personas, el proyecto es parte del Plan Maestro de Infraestructura Penitenciaria de Chile, que busca incorporar 15.000 nuevas plazas para 2030.
El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Gajardo, presentó el proyecto, que reemplazará a la actual y sobrecargada cárcel de Copiapó. La nueva instalación contará con quince módulos de reclusión y servicios esenciales como salud, escuela para reclusos, talleres industriales y áreas deportivas, además de incorporar soluciones sustentables como generación fotovoltaica y tratamiento de aguas. Las obras están previstas para comenzar en 2028 y se espera que el recinto esté operativo en 2031. El ministro Gajardo enfatizó que el nuevo penal ofrecerá las condiciones necesarias para la reinserción social de los reclusos y para “quebrar sus trayectorias delictivas”.
