China reveló imágenes de un vehículo militar de efecto suelo (WIG), inspirado en los ekranoplanos soviéticos, captado en el mar de Bohai. Este “monstruo híbrido”, descrito como una mezcla de barco y aeronave, vuela a ras del agua sobre un colchón de aire, esquivando radares y siendo inmune a minas y submarinos, según Vandal.
El vehículo, de diseño similar al “monstruo del mar Caspio” soviético, utiliza el efecto suelo para sustentarse, desplazándose sin contacto directo con el agua o sobre terrenos sin obstáculos. Aunque su sistema de propulsión no está claro, podría involucrar turborreactores o un diseño híbrido, generando preocupación por su potencial para alterar el equilibrio militar.
Expertos destacan su silueta imponente, con un casco de hidroavión, y advierten que su capacidad para evadir detección lo convierte en una amenaza estratégica. La falta de claridad sobre su tecnología intensifica la alarma global ante la creciente influencia militar china.
La reaparición de este concepto de la Guerra Fría refleja la carrera tecnológica y geopolítica de China, que busca consolidar su poderío militar en Asia con vehículos innovadores que desafían las defensas convencionales.