El Gobierno colombiano llamó a consultas a su embajador en Washington e inició gestiones para evitar una escalada en la crisis diplomática con Estados Unidos, desatada por los cruces verbales entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump. La tensión se disparó luego de que Trump detuviera el apoyo económico a Bogotá y amenazara con nuevos aranceles si Colombia no actuaba de inmediato contra los narcocultivos. Aunque un asesor de la Casa Blanca descartó una subida arancelaria inmediata, el sector privado colombiano teme afectaciones al TLC.
Petro, quien se reunió con el Encargado de Negocios de EE. UU., John McNamara, acusó a Trump de “asesinato” por las muertes en operaciones militares estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe y advirtió que el líder estadounidense “no es rey en Colombia” y que su gobierno “no va a conceder, sino a exigir”. La Cancillería colombiana calificó las declaraciones de Trump como una “amenaza directa” y anunció que acudirá a instancias internacionales.
La disputa se centra en la política antidrogas de Colombia. Trump había acusado a Petro de ser “un líder del narcotráfico”, a lo que el mandatario colombiano respondió que su homólogo está “engañado”. Petro, quien previamente fue retirado de una lista de países que combaten el narcotráfico y vio su visa revocada, aseguró que su Gobierno mantendrá la firmeza con Washington sin romper puentes.