Para veteranos como José Collahuazo, quien lleva cuarenta años instalándose en la zona, el balance es positivo. La habilitación de un nuevo parqueadero ha sido la clave para que el flujo de compradores aumentara significativamente, especialmente entre los días jueves y domingo.
Novedades y artesanías
La oferta de este año destacó por la mezcla entre productos internacionales y el ingenio ecuatoriano:
- Árboles canadienses: De los dieciséis ejemplares traídos desde Canadá por el señor Collahuazo, solo quedaban dos en exhibición este jueves veinticinco de diciembre.
- Renos artesanales: Elaborados en madera balsa, con diseños de cabezas y patas movibles (sentados o parados), captaron la atención de quienes buscaban decoraciones únicas.
- Precios accesibles: Compradores como Laura Ayala destacaron los costos competitivos, adquiriendo artículos como vestidos para niños en cinco dólares y cunas en diez dólares.
Anticipación y variedad
Comerciantes como Ana Pelicita decidieron adelantarse al calendario habitual por pedido de sus propios clientes:
- Inicio temprano: Los locales abrieron desde la primera semana de noviembre.
- Variedad: Luces, bombillos de todos los colores y flores artificiales dominaron las vitrinas durante casi dos meses.
- Aceptación: La estrategia de venta anticipada permitió un flujo constante de ingresos antes del pico de diciembre.
Rumbo al Fin de Año
Con la Navidad llegando a su fin, el enfoque de las casetas cambia hacia la despedida del dos mil veinticinco:
- Transición: Vendedoras como María Chipantasig ya han empezado a exhibir minicaretas y pequeños años viejos.
- Conexión con Guayaquil: Se espera la llegada de monigotes de cartón provenientes del Puerto Principal, los cuales se complementarán con muñecos tradicionales rellenos de papel elaborados localmente.
- Venta fuerte: El periodo de mayor actividad para los artículos de Fin de Año arrancará este sábado veintisiete de diciembre y se extenderá hasta el miércoles treinta y uno.








