El Club Sport Emelec atraviesa una grave crisis institucional y deportiva, que alcanzó un punto de quiebre esta semana cuando el plantel decidió no entrenar un lunes por la tarde tras la derrota 2-0 ante Aucas en el estadio Capwell. La decisión se tomó luego de que la dirigencia incumpliera una promesa de abono salarial.
Los jugadores del Bombillo han acumulado meses de retraso en sus remuneraciones. Las denuncias públicas señalan que algunos compañeros tienen deudas de tres, cinco, siete y hasta ocho meses.
Acusaciones Cruzadas y Crisis Acumulada
La situación actual es el resultado de tensiones que se arrastran desde hace semanas, con acusaciones cruzadas entre el plantel y la directiva de Jorge Guzmán por los atrasos salariales.
- Desmentido Público: Semanas atrás, la dirigencia aseguró estar realizando pagos para disminuir la deuda, pero el plantel refutó las afirmaciones con un comunicado detallando la deuda de cada futbolista, exigiendo transparencia y cumplimiento.
- Malentendido vs. Molestia: Aunque el presidente Guzmán insistió en que todo era un “malentendido administrativo”, la molestia acumulada desembocó en la drástica decisión de abandonar el polideportivo Los Samanes sin realizar los trabajos.
Llamado a la Solvencia Económica
Ante el quiebre, analistas y exfiguras del club han pedido una reestructuración profunda. Carlos Ramón Hidalgo, exjugador del club, enfatizó que para administrar a Emelec se requiere solvencia económica real:
“Hoy, para poder dirigir a una institución tan grande como la de Emelec, debes tener dinero. Yo creo que de ahí parte todo.”
Hidalgo reconoció que asumir un club con la crisis financiera actual requiere valentía, pero también exige un respaldo administrativo fuerte. Sentenció que, si la dirigencia no está a la altura de los resultados, “lamentablemente se tiene que dar un paso al costado”. No obstante, si Guzmán decide mantenerse firme, debería rodearse de personas que puedan invertir y asesorarle mejor.
