El ejercicio físico se consolidó como una de las herramientas más poderosas para controlar y prevenir la diabetes, además de la resistencia a la insulina, situándose al menos al mismo nivel de importancia que la dieta, aseguran expertos citados por The New York Times.
Asimismo, la intensidad, el tipo y el momento del día en que se realiza la actividad física pueden marcar una diferencia significativa en la eficacia del control del azúcar en sangre; siendo que la tarde sería el momento ideal para realizarlo. En tanto, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas que viven con esta enfermedad se cuadruplicó en poco más de tres décadas, pasando de 200 millones en 1990 a 830 millones en 2022.
El impacto del ejercicio sobre la glucosa va más allá de la simple quema de calorías. De acuerdo con el Dr. Donald Hensrud, especialista en medicina preventiva y nutrición, y editor médico de The Mayo Clinic Diet, el ejercicio ofrece formas únicas de ayudar al cuerpo a procesar la glucosa.
Durante la actividad física, las células musculares utilizan la glucosa en sangre con mayor facilidad, lo que contribuye a reducir los niveles de azúcar y a disminuir la grasa acumulada alrededor de los órganos, un factor de riesgo relevante para la diabetes y la resistencia a la insulina.

Aunque las causas de la diabetes son complejas y dependen de factores como la genética, los antecedentes familiares, el peso y la dieta, el ejercicio puede reducir drásticamente la glucemia, independientemente del diagnóstico.
Además, investigaciones citadas por el medio demostraron que la actividad física suele ser más eficaz que los medicamentos para prevenir la diabetes, aunque los expertos recomiendan emplear todos los tratamientos disponibles según cada caso.
Tipos de ejercicio más efectivos: fuerza e intervalos de alta intensidad
No todas las formas de ejercicio tienen el mismo impacto sobre el control del azúcar en sangre. Según el Dr. Gerald I. Shulman, profesor de medicina y fisiología en la Facultad de Medicina de Yale, los entrenamientos de fuerza y los intervalos de alta intensidad se destacan como las estrategias más efectivas.
Fuente: Infobae