Quito, Ecuador – Desde las aulas de Harvard a la primera línea de combate contra el crimen organizado, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa , lidera una cruenta batalla contra las bandas criminales transnacionales, el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión. Una lucha que lo ha convertido en un “cazador de narcotraficantes” y que, según reveló en una entrevista para The Economist , le ha válido amenazas de muerte diaria, en un país que se ha transformado en uno de los más violentos de América Latina.
Ecuador ha experimentado un dramático aumento de la violencia, reflejo de una problemática que, lamentablemente, es recurrente en gran parte de la región.La estrategia de Noboa se ha centrado en la militarización de las fuerzas de seguridad, la declaración de estados de excepción y la búsqueda de una colaboración internacional para desmantelar las profundas redes criminales que han echado raíces en el país.
Si bien sus métodos han generado ciertas críticas, relacionadas con posibles violaciones a los derechos humanos y tendencias autoritarias, el presidente se mantiene firme en su propósito. A pesar de una disminución inicial de los índices de homicidio, las cifras han vuelto a repuntar recientemente. Las estrategias de Noboa están bajo un escrutinio constante, evaluando su efectividad y el impacto a largo plazo en la democracia y los derechos humanos de Ecuador, en el contexto de una problemática de seguridad que afecta a toda América Latina.