En el norte de Quito, la avenida Colón se ha convertido en un foco de robos, donde delincuentes fingen estar en situación de calle o tener discapacidades para sustraer mercadería de comercios. Un caso reciente, captado por cámaras de seguridad el 27 de mayo de 2025, mostró a un sujeto simulando descansar frente a una tienda de víveres, robando productos en segundos. Este modus operandi ha generado pérdidas de más de $6,000 en mercadería, según denuncias ciudadanas.
Los ladrones, a menudo vestidos con ropa desgastada o usando muletas, se posicionan estratégicamente cerca de locales comerciales. Aprovechan momentos de descuido para tomar artículos expuestos, como alimentos o equipos electrónicos, y huir rápidamente. Un robo similar en un local de tecnología en la misma avenida involucró el corte de cerramientos, lo que permitió sustraer dispositivos de alto valor. La Policía Nacional revisa videos de seguridad para identificar a los responsables, pero los casos persisten.
La comunidad del sector, especialmente en la avenida Colón y 6 de Diciembre, exige patrullajes nocturnos constantes. Publicaciones en X, como la de @jcarreraandrade, critican la falta de respuesta del Municipio de Quito pese al cobro de tasas de seguridad. Los comerciantes reportan que los robos ocurren sin horario fijo, lo que dificulta la prevención y aumenta la inseguridad en la zona.
La Policía ha intensificado operativos en el norte de Quito, pero los vecinos señalan que las medidas son insuficientes. En 2024, el distrito metropolitano registró un aumento de robos a personas, de 6,278 a 6,656 casos, según el Ministerio del Interior, lo que refleja un crecimiento de la delincuencia común. Los residentes piden tecnologías como cámaras con inteligencia artificial y mayor coordinación con el Municipio para frenar esta ola delictiva.
Este modus operandi, que combina engaño y rapidez, se suma a otras modalidades como los “mostaceros” detectados en Quito, donde los delincuentes distraen a las víctimas con sustancias para robarles. Las autoridades instan a los comerciantes a reforzar la seguridad interna de sus locales y a los ciudadanos a reportar actividades sospechosas, mientras se busca desarticular estas redes delictivas que operan con tácticas cada vez más sofisticadas.