El desborde del río Chota, el 3 de julio, dejó incomunicadas varias comunidades rurales de Pimampiro, en el límite entre Sucumbíos y Carchi, tras intensas lluvias que iniciaron el 2 de julio. Los deslaves bloquearon carreteras y puentes en la parroquia de Sigsipamba.
Pobladores reportaron dificultades para movilizarse, enfrentando lodo de hasta 30 cm y realizando transbordos con pertenencias. Madres con niños enfrentaron el fango, mientras la vía principal quedó intransitable, afectando comunidades como San Miguel, Pueblo Nuevo y La Merced.
El alcalde Óscar Naranjo señaló que las lluvias impiden la limpieza de vías, y la maquinaria municipal y parroquial no puede operar por riesgo a los trabajadores. Algunas carreteras están al borde del colapso, restringiendo el paso de vehículos y peatones.
Maquinarias trabajan en San Miguel y Ramos Danta, pero los constantes deslizamientos dificultan el acceso al centro parroquial. Viviendas sufren graves afectaciones, y el acceso a la zona permanece restringido.
Agricultores y transportistas enfrentan pérdidas por la producción represada, incapaz de llegar a los mercados. Las autoridades continúan esfuerzos para mitigar la emergencia, pero las lluvias persisten como principal obstáculo.