Un joven con discapacidad visual denunció haber sido víctima de discriminación en una parada de la Ecovía, en Quito. Según relató, un guardia de seguridad le impidió el ingreso junto a su perro guía, Kenshi, y, en un hecho insólito, le pidió que leyera las normas para justificar la prohibición.
La denuncia, difundida en redes sociales, generó indignación ciudadana y abrió el debate sobre la falta de capacitación en temas de inclusión en el transporte público.
Tras el incidente, la Empresa de Pasajeros de Quito emitió un comunicado en el que informó que el guardia implicado fue desvinculado, que la empresa de seguridad recibió una sanción económica y que se reforzarán los programas de capacitación en derechos y accesibilidad para evitar que se repitan casos similares.
El hecho revive la discusión sobre la necesidad de garantizar el cumplimiento de las normativas de accesibilidad y el respeto a los derechos de las personas con discapacidad