Durante su último informe a la nación, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, aseguró que su llegada al poder evitó que el país se convirtiera en “un país fallido como Cuba, Venezuela y Bolivia”. En un discurso cargado de tensión ante el Congreso, Boluarte afirmó que renunció a un proyecto político que, según ella, conducía a la destrucción del país. La mandataria se refería al gobierno de Pedro Castillo, del cual fue vicepresidenta, y que terminó abruptamente tras un fallido intento de golpe de Estado en diciembre de 2022.
Boluarte defendió su decisión de asumir la presidencia en medio de una crisis institucional, alegando que actuó en defensa del orden democrático. “No ha sido esta presidenta la que pretendió romper el orden constitucional”, declaró, mientras era interrumpida por gritos de “asesina” y pancartas de parlamentarios de izquierda que exigían justicia por las más de 50 muertes ocurridas durante la represión de las protestas posteriores a la caída de Castillo.
La presidenta también criticó a quienes, según ella, intentaron imponer una nueva Constitución bajo un contexto de violencia y vacío de poder. “El país estaría sumido en el caos si no hubiésemos actuado con firmeza”, sostuvo. Boluarte fue respaldada por legisladores de derecha, mientras que los sectores progresistas la acusaron de traicionar el mandato popular con el que fue electa junto a Castillo en 2021.
En medio de una creciente polarización, Boluarte insistió en que su gobierno ha priorizado la estabilidad institucional y la defensa de la democracia. “Muchos me critican por haber preferido el deber constitucional a la popularidad”, concluyó. Su discurso, sin embargo, no logró calmar los ánimos en el Congreso, donde la división política sigue marcando el rumbo del país.
