Un dron ruso impactó una vivienda en Wyryki-Wola, Polonia, a 11 km de una base de la OTAN, causando graves daños y alertando a la alianza. Calificado como la violación más seria del espacio aéreo de la OTAN desde la Segunda Guerra Mundial, el incidente aviva temores de una escalada que podría desencadenar un conflicto global. La activación del Artículo 5, que considera un ataque a un miembro como un ataque a todos, estuvo cerca de ser invocada, lo que habría elevado el riesgo de una confrontación directa con Rusia.
Polonia, respaldada por aliados como EE. UU., Países Bajos y Alemania, denunció la incursión de 19 drones rusos como una “provocación sin precedentes”. Siete drones y restos de un proyectil fueron encontrados, mientras aviones F-35 y misiles Patriot de la OTAN los derribaron. El primer ministro polaco, Donald Tusk, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, condenaron la acción, exigiendo a Rusia cesar las violaciones. Varsovia activó el Artículo 4 para consultas urgentes, señalando una amenaza a su seguridad.
Aunque un diplomático de la OTAN sugirió que la incursión no parece el inicio de un conflicto mayor, sino una prueba o un error táctico, la cercanía a instalaciones aliadas y la respuesta militar coordinada resaltan la fragilidad de la situación. La retórica de Rutte, instando a Putin a detener la guerra en Ucrania, y el compromiso de defender “cada centímetro” del territorio de la OTAN subrayan el riesgo de que incidentes similares escalen hacia una tercera guerra mundial si no se contiene la tensión.
