Ecuador cerró el primer trimestre de 2025 con un incremento del 4% en homicidios, registrando 1.805 casos frente a los 1.737 del mismo período en 2024, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado. Este repunte, tras una reducción del 17% en 2024, evidencia que las medidas del presidente Daniel Noboa, como el estado de excepción y la militarización, no han logrado sostener la disminución de la violencia. Expertos advierten que el gobierno debe ajustar su estrategia para evitar que 2025 supere los récords históricos de muertes violentas.
El Plan Fénix, implementado por Noboa, combina operativos policiales y militares con acciones de inteligencia para combatir el crimen organizado. Sin embargo, provincias como Los Ríos, con 243 homicidios hasta abril, y Guayas, con 166, muestran un aumento significativo de la violencia. El Observatorio destaca que el 85% de los homicidios están ligados al narcotráfico, con Machala, Esmeraldas y Quevedo como epicentros. Aunque el estado de excepción permitió incautar 75 toneladas de droga en 2024, las extorsiones y secuestros han crecido, debilitando la percepción de seguridad.
Renato Rivera, director del Observatorio, señala que la estrategia de Noboa carece de políticas preventivas claras. Los expertos coinciden en que el enfoque reactivo, centrado en operativos, debe complementarse con inteligencia estratégica y programas sociales en barrios vulnerables. La ausencia de un Ministerio de Seguridad Integral y la opacidad en los datos oficiales, según Luis Córdova, dificultan evaluar los resultados. Además, la militarización, aunque efectiva a corto plazo, no aborda las causas estructurales de la delincuencia, como la pobreza y el desempleo.
El gobierno enfrenta críticas por priorizar la acción militar sobre la prevención. Organizaciones sociales, como la Fundación Aldea, reportan un aumento del 15% en homicidios de menores en 2024, reflejando la vulnerabilidad de los jóvenes ante las bandas. La falta de inversión en rehabilitación social y la saturación del sistema penitenciario, con masacres que han dejado más de 600 muertos desde 2019, agravan la situación. Noboa ha propuesto cárceles flotantes y extradiciones, pero estas iniciativas aún no se concretan.
Para 2025, Noboa debe articular un plan que integre inteligencia, prevención y acción militar, según expertos. La reelección de Noboa, celebrada el 24 de mayo, ofrece una oportunidad para fortalecer políticas públicas que democraticen el acceso a la información y prioricen la seguridad ciudadana. Sin un enfoque integral, Ecuador podría enfrentar un nuevo récord de violencia, superando las 7.800 muertes violentas de 2023.