El cerco judicial contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se ha intensificado luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos abriera varias causas por narcoterrorismo en su contra. Las acciones, que responden a una directriz del gobierno de Donald Trump, se dan en un contexto de creciente tensión entre ambos países. Estados Unidos acusa a Maduro de liderar una empresa de narcotráfico y de tener lazos con guerrillas colombianas, y ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por su captura.
Las nuevas causas penales son parte de una estrategia para desmantelar el régimen venezolano y forzar una transición. La ofensiva legal de EE. UU. ha sido respondida por el gobierno de Maduro con una escalada de retórica y un despliegue de tropas en la frontera con Colombia, en un movimiento que ha sido calificado como una “amenaza” por congresistas estadounidenses. La situación, que ha generado una gran preocupación en la región, parece ser un nuevo capítulo en la lucha por el control político de Venezuela.