El Gobierno de Estados Unidos anunció este 7 de agosto el aumento de la recompensa por información que conduzca al arresto o condena del presidente venezolano, Nicolás Maduro, elevándola de US$ 25 millones a US$ 50 millones. Este monto se convierte en uno de los más altos jamás ofrecidos por un líder político.
La recompensa es parte del programa conjunto del Departamento de Justicia y el Departamento de Estado, el cual acusan a Maduro de estar involucrado en un sistema de narcotráfico y narcoterrorismo, colaborando con organizaciones como el Cartel de los Soles, Tren de Aragua y el cártel de Sinaloa para traficar cocaína hacia Estados Unidos. Según fuentes oficiales, se han incautado al menos 30 toneladas de droga vinculadas a estas operaciones.
El anuncio fue realizado por la fiscal general Pam Bondi, quien calificó a Maduro como uno de los “mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza a la seguridad nacional”. La recompensa no solo busca generar presión legal, sino también incentivar a informantes para desmantelar su posible red criminal.
EE.UU. ha incrementado diversas sanciones contra el gobierno venezolano, especialmente tras las elecciones de julio de 2024, consideradas fraudulentas por Washington, la Unión Europea y otros países. El ofrecimiento actual dobla al anterior, el mismo que igualó los US$ 25 millones ofrecidos en su momento por Osama bin Laden.
La respuesta de Caracas fue inmediata: el canciller Yván Gil rechazó la medida calificándola de “propaganda política” y una distracción mediática. A su vez, México ha indicado que carece de pruebas para relacionar a Maduro con el cártel de Sinaloa, al contrario de lo afirmado en el anuncio estadounidense.
Analistas coinciden en que la recompensa puede tener un efecto más simbólico que práctico. Con una administración plenamente consolidada y respaldo militar, la posibilidad de que alguien entregue a Maduro sigue siendo remota. Sin embargo, la acción reafirma la posición dura de EE.UU. hacia el régimen venezolano, buscando mantener la presión internacional con la mira puesta en el futuro político del país.