El Gobierno de Estados Unidos decomisó activos por más de 700 millones de dólares atribuidos a Nicolás Maduro, anunció la fiscal general Pamela Bondi. Los bienes incluyen dos aviones privados, una mansión en República Dominicana, propiedades en Florida, una granja de caballos, nueve vehículos de lujo, yates, joyas y efectivo. La operación, parte de sanciones contra el líder venezolano, busca desarticular lo que Bondi describió como una estructura de “crimen organizado” comparable a la mafia, con nexos a grupos como el Tren de Aragua, el Cártel de Sinaloa y el Cártel de los Soles.
Bondi, en una entrevista con Fox News, acusó a Maduro de operar una red transnacional que trafica cocaína mezclada con fentanilo, agravando la crisis de sobredosis en EE.UU. La DEA reporta la incautación de 30 toneladas de cocaína vinculadas al régimen, siete de ellas directamente asociadas al mandatario. Washington, que considera ilegítima la reelección de Maduro desde 2018, elevó el 7 de agosto la recompensa por su captura a 50 millones de dólares, acusándolo de narcotráfico a gran escala.
Pese a los golpes financieros, Bondi advirtió que la red criminal de Maduro sigue activa, manteniendo su “reino del terror”. La operación refleja la estrategia de EE.UU. para presionar al régimen chavista mediante sanciones y decomisos, aunque el líder venezolano permanece en el poder. La incautación de activos intensifica la confrontación entre Washington y Caracas, en un contexto de crecientes tensiones por la influencia del narcotráfico en la región.