El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos anunció el 5 de mayo de 2025 un programa que ofrece $1,000 y asistencia para viajes a migrantes indocumentados que opten por autodeportarse a través de la aplicación móvil CBP Home. La iniciativa, parte de una campaña publicitaria de $150 millones, se dirige a los 13 millones de indocumentados en el país, priorizando a quienes ingresaron con la extinta CBP One o tienen permisos revocados, como los 900,000 beneficiarios del parole humanitario de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. La secretaria del DHS, Kristi Noem, afirmó que la medida ahorra recursos y fomenta salidas seguras, advirtiendo que quienes no se autodeporten enfrentarán persecución, multas y deportación forzosa.
La aplicación CBP Home, que reemplaza a CBP One, permite a los migrantes notificar su intención de salir voluntariamente, ofreciendo la posibilidad de regresar legalmente en el futuro si cumplen requisitos, según Noem. Sin embargo, abogados como Alex Gálvez advierten que la autodeportación implica un castigo de 10 años sin poder solicitar visas, salvo con un perdón para quienes tengan familiares directos ciudadanos o residentes. Desde el 20 de enero, EE. UU. ha deportado a más de 13,400 personas a México y enviado vuelos a Venezuela, donde algunos deportados son investigados por nexos con el Tren de Aragua, según el gobierno de Maduro.
La campaña, que incluye anuncios en radio, televisión y redes sociales en varios idiomas, se lanzó en un contexto de endurecimiento migratorio bajo el gobierno de Donald Trump. Desde su investidura, Trump canceló CBP One, revocó el TPS para 600,000 venezolanos y ordenó incluir a 6,300 migrantes legales en el “archivo de defunciones” de la Seguridad Social, privándolos de derechos laborales. Organizaciones como la ACLU critican estas medidas por violar la privacidad y el debido proceso, mientras ciudades santuario como California enfrentan amenazas de recortes presupuestales. El programa busca reducir la presión sobre ICE y CBP, pero expertos dudan de su efectividad, ya que muchos migrantes podrían evitar el registro por temor a represalias.