El 19 de mayo de 2025, el Departamento de Seguridad Interior (DHS) de EE. UU. ejecutó el primer vuelo del proyecto “Vuelta a Casa”, enviando a 64 migrantes—38 hondureños y 26 colombianos—desde Texas a sus países de origen. Este programa, impulsado por un decreto del presidente Donald Trump del 9 de mayo, incentiva la “autodeportación” de migrantes indocumentados ofreciendo $1,000, asistencia para el viaje y la posibilidad de regresar legalmente a EE. UU. en el futuro, aunque sin aclarar los mecanismos legales. La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, destacó que el vuelo, gestionado a través de la aplicación CBP Home, es una alternativa rentable a las deportaciones tradicionales, que incluyen expulsión, multas, arresto o confiscación de bienes para quienes no participen.
En Honduras, los 38 migrantes, incluidos 19 niños, fueron recibidos en el aeropuerto de San Pedro Sula bajo el programa “Hermano, Hermana, Vuelve a Casa”, recibiendo $200 por adulto, vales de comida y apoyo para empleo. Entre ellos estaba Iris Díaz, de 32 años, quien retornó con sus hijos tras la deportación de su esposo, y Wilson Sáenz, de 22 años, que dejó Texas por falta de trabajo. En Colombia, los 26 migrantes llegaron a Bogotá y recibirán servicios sociales. La administración Trump busca acelerar expulsiones a bajo costo, pero críticos, según posts en X, advierten que la presión psicológica y la falta de claridad legal podrían vulnerar derechos.