Estados Unidos ha implementado una restricción a la entrada de ciudadanos venezolanos, incluso para aquellos que poseen ciertos tipos de visados. La medida suspende el ingreso al país de nacionales de Venezuela que cuenten con visas de no inmigrante de tipo B-1 (negocios), B-2 (turismo), B-1/B-2 (combinada), F (estudiantes académicos), M (estudiantes vocacionales) y J (intercambio cultural o educativo).
Esta decisión se fundamenta en la alegada deficiencia en la verificación de antecedentes penales por parte de Venezuela, un criterio que también ha sido aplicado a otros seis países: Cuba, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán. La suspensión afecta a aquellos venezolanos que se encuentran fuera de Estados Unidos en la fecha de entrada en vigor de esta proclamación y que no posean una visa válida para ese momento.
Adicionalmente, se ha ordenado que los funcionarios consulares reduzcan la validez de cualquier otra visa de no inmigrante emitida a ciudadanos venezolanos, en la medida que la ley lo permita. Las restricciones forman parte de un paquete de medidas que también han incluido la eliminación del parole humanitario para venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses, así como la del Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciertos grupos. La Casa Blanca ha enfatizado que estas acciones buscan garantizar la seguridad nacional y la integridad del sistema migratorio estadounidense.