Estados Unidos y China acordaron el 12 de mayo de 2025 una pausa de 90 días en su guerra comercial, reduciendo aranceles recíprocos en 115 puntos porcentuales a partir del 14 de mayo. Los gravámenes a productos chinos en EE. UU. bajarán del 145% al 30%, y los de China a productos estadounidenses, del 125% al 10%. El acuerdo, alcanzado tras dos días de negociaciones en Ginebra entre el secretario del Tesoro Scott Bessent, el representante comercial Jamieson Greer y el viceprimer ministro chino He Lifeng, busca desescalar un conflicto que ha estremecido la economía global.
La guerra comercial, intensificada por Donald Trump en abril de 2025 con aranceles del 145% a China, llevó a represalias chinas del 125%, paralizando un comercio bilateral que superó los $660.000 millones en 2024. Las negociaciones, descritas como respetuosas, también abordaron la crisis del fentanilo, con EE. UU. pidiendo a China medidas contra la exportación de precursores químicos. Ambas partes establecerán un mecanismo de diálogo permanente para futuras consultas, alternando entre países o en territorio neutral.
Los mercados reaccionaron con alzas: los futuros estadounidenses subieron más del 2%, el índice Hang Seng de Hong Kong casi un 3%, y los índices en Alemania y Francia un 0,7%. Analistas como Gary Hufbauer, del Peterson Institute, señalan que China, con exportaciones al alza (+8,1% en abril), está mejor preparada para la disputa, lo que motivó a moderados en el gobierno de Trump a buscar esta tregua. Sin embargo, persisten desafíos estructurales, como el déficit comercial de EE. UU. con China ($263.000 millones en 2024) y la necesidad de un acuerdo más amplio.
El acuerdo, celebrado por la OMC como un “paso constructivo”, no resuelve todas las disputas, pero alivia cadenas de suministro y mercados. China redirigió comercio al sudeste asiático para mitigar aranceles, mientras EE. UU. busca proteger industrias como semiconductores y medicamentos. La tregua, aunque temporal, abre la puerta a negociaciones de alto nivel, posiblemente entre líderes, para evitar una ruptura económica.