Estados Unidos y México han logrado un “nivel de cooperación histórico” en la lucha contra el narcotráfico, afirmó el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, durante su visita a Ciudad de México el 3 de septiembre. Tras reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum, Rubio destacó que nunca antes ambos países habían colaborado tan estrechamente, respondiendo a las críticas de Donald Trump sobre la insuficiente acción mexicana contra el tráfico de fentanilo.
Ambos gobiernos anunciaron la creación de un “grupo de alto nivel” para coordinar esfuerzos bilaterales en seguridad, enfocado en combatir el narcotráfico, la inmigración ilegal, los túneles fronterizos, los flujos financieros ilícitos y el robo de combustible. El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, subrayó que esta cooperación se basa en reciprocidad, respeto a la soberanía, responsabilidad compartida y confianza mutua, principios acordados en febrero tras tensiones por posibles intervenciones militares estadounidenses.
El grupo de alto nivel se reunirá regularmente para supervisar medidas como inspecciones, investigaciones y procesos judiciales para frenar el flujo de drogas y armas. De la Fuente enfatizó que esta colaboración busca desmantelar el crimen organizado transnacional mediante el fortalecimiento de instituciones de seguridad y autoridades judiciales de ambos países.
La visita de Rubio, en el contexto de la ofensiva de Washington contra el narcotráfico, refuerza el compromiso de México y EE. UU. para abordar conjuntamente el tráfico de fentanilo, armas y la migración irregular, consolidando una frontera más segura y combatiendo el crimen organizado con acciones coordinadas.