El componente de monitoreo del clima del programa espacial europeo, Copernicus, informó este lunes que el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida se ha cerrado a fecha del 1 de diciembre. Esta es la desaparición más temprana del agujero desde 2019, y su tamaño fue el más pequeño de los últimos cinco años.
Por segundo año consecutivo, el agujero se ha mantenido relativamente reducido en comparación con los periodos más grandes y duraderos de 2020-2023, y presentó una concentración de ozono más elevada.
Señal Alentadora de Recuperación
Laurence Rouil, directora del Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copernicus (CAMS), expresó optimismo ante estos resultados:
“El cierre más temprano y el tamaño relativamente pequeño del agujero de ozono de este año es una señal alentadora y refleja el progreso estable que estamos observando de año en año en la recuperación de la capa de ozono gracias a la prohibición de las SAO [Sustancias que Agotan la Capa de Ozono]”.
Rouil resaltó el progreso como un recordatorio de lo que se puede lograr cuando la comunidad internacional trabaja de manera conjunta en los desafíos ambientales globales.
Evolución del Agujero en 2025
Este año, el agujero de ozono se desarrolló a mediados de agosto, alcanzando su extensión máxima a principios de septiembre con 21,08 millones de kilómetros cuadrados, una cifra menor al récord histórico de 26,1 millones de kilómetros registrado en 2023.
- Extensión: La superficie se mantuvo entre 15 y 20 millones de kilómetros cuadrados a lo largo de septiembre y octubre.
- Disminución: Empezó a disminuir rápidamente en la primera mitad de noviembre, hasta su desaparición total el 1 de diciembre.
- Concentración: El agujero de 2025 contó con un mínimo de la columna de ozono por encima de la media y un déficit de masa de ozono más bajo, lo que indica concentraciones más elevadas en la estratosfera antártica.
Copernicus recordó que los agujeros más grandes y duraderos de años anteriores sirven como un recordatorio de que el declive de la capa de ozono habría alcanzado dimensiones catastróficas de no ser por el Protocolo de Montreal y sus enmiendas para regular la producción de las SAO.
