El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ha desafiado los planes del gobierno federal de llevar a cabo redadas migratorias en su ciudad, firmando una orden ejecutiva que prohíbe a la policía de Chicago colaborar con agencias federales como ICE en patrullajes o arrestos. Johnson calificó el plan del gobierno de “imprudente y fuera de control” y acusó al presidente Trump de utilizar la situación para una “retaliación política”. La orden busca proteger los derechos de los residentes de Chicago y evitar que sean víctimas de una campaña de intimidación.
Un informe de CNN y fuentes de la agencia AP han revelado que el despliegue de agentes federales en Chicago podría comenzar alrededor del 5 de septiembre, e incluiría vehículos blindados. Sin embargo, la orden del alcalde Johnson establece que los agentes de policía de Chicago no podrán usar máscaras que oculten su identidad, una práctica común entre los agentes de ICE. El alcalde ha instruido a las agencias de la ciudad a encontrar formas legales para resistir los esfuerzos federales que violen los derechos de los ciudadanos.