Alexander Enrique Granko Arteaga, un teniente coronel de 44 años de la Guardia Nacional conocido en círculos opositores como “el carnicero de Maduro”, ha sido señalado durante años como uno de los principales responsables en las labores de represión del gobierno de Nicolás Maduro. Se le atribuye presunta participación directa en detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas.
Acusaciones de Violaciones a Derechos Humanos
La trayectoria de Granko Arteaga, quien ascendió tras formar parte del equipo de escoltas de Hugo Chávez, ha sido objeto de investigaciones internacionales:
- Masacre del Junquito (2018): Fue identificado entre los jefes del operativo que resultó en la muerte del policía rebelde Óscar Pérez y otros seis opositores, a pesar de que el grupo ya había anunciado su rendición.
- Misión ONU: La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU lo describe como un funcionario que habría “ordenado, supervisado y participado” en torturas, violencia sexual, desapariciones de corta duración y otros tratos crueles contra militares y civiles acusados de conspiración.
- Organizaciones de DD. HH.: Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han documentado abusos atribuidos a unidades bajo su mando dentro de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
- Casos Notorios: También ha sido vinculado a los casos de tortura y muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo y a patrones de represión contra militares desertores.
Sanciones Internacionales y Acumulación de Patrimonio
Debido a los “abusos sistemáticos contra los derechos humanos”, Granko Arteaga ha sido sancionado por la Unión Europea y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
En paralelo, el oficial ha sido vinculado a tramas económicas que le habrían permitido acumular un amplio patrimonio. Los señalamientos incluyen:
- Propiedades y vehículos de lujo.
- Actividades comerciales relacionadas con el crudo.
- Exportación de chatarra desde puertos venezolanos.
- Presuntas operaciones de criptominería.
Su nombre lo mantiene como una de las figuras más controvertidas dentro de la estructura de seguridad del chavismo.








