mayo 31, 2025 | Actualizado ECT
mayo 31, 2025 | Actualizado ECT

El cónclave: un ritual milenario para elegir al papa

Desde la Edad Media hasta 2025, el proceso se adapta a los desafíos modernos.

Escrito por Abel Cano

mayo 5, 2025 | 12:45 ECT

El cónclave, el proceso secreto para elegir al papa, tiene raíces en la Edad Media y ha evolucionado significativamente, culminando en el cónclave de 2025 que comenzará el 7 de mayo para suceder al papa Francisco, fallecido el 21 de abril. El término “cónclave” proviene del latín cum clave (con llave), reflejando el encierro de los cardenales para garantizar una elección libre de influencias externas. Este ritual, formalizado en 1274 por Gregorio X tras un cónclave de casi tres años (1268-1271), busca agilizar y proteger la elección del líder de la Iglesia Católica, que hoy cuenta con 1,400 millones de fieles.

En sus orígenes, las elecciones papales eran caóticas, con sedes vacantes prolongadas y presiones externas. En 1059, Nicolás II restringió el voto a los cardenales, pero los conflictos persistieron. El Segundo Concilio de Lyon (1274) estableció reglas estrictas: aislamiento, reducción de alimentos tras tres días sin acuerdo y suspensión de ingresos para los cardenales tras ocho días. Estas medidas, aunque relajadas con el tiempo, consolidaron el cónclave como un proceso cerrado. En el siglo XIII, el cónclave de Viterbo (1268-1271) marcó un hito cuando los ciudadanos, frustrados, encerraron a los cardenales y restringieron su comida, forzando la elección de Gregorio X.

Con el Renacimiento, los cónclaves se trasladaron a Roma, y desde 1878, la Capilla Sixtina es su sede fija, con el primero celebrado allí en 1492. La quema de las boletas, que produce humo blanco (nuevo papa) o negro (sin acuerdo), se convirtió en un símbolo global. En 1996, Juan Pablo II reformó las normas con Universi Dominici Gregis, manteniendo el requisito de una mayoría de dos tercios (90 votos en 2025) y permitiendo una elección por mayoría simple tras rondas sin éxito, aunque Benedicto XVI restauró la mayoría cualificada en 2007. El cónclave de 2025, con 133 electores de 71 países, es el más grande de la historia, superando los 115 de 2005 y 2013.

El cónclave moderno combina tradición y adaptaciones prácticas. Los cardenales, menores de 80 años, se alojan en la Casa Santa Marta y votan en la Sixtina, aislados del mundo. En 2025, 108 de los 133 electores fueron nombrados por Francisco, lo que podría influir en la continuidad de su legado progresista. Las congregaciones generales previas, realizadas desde el 27 de abril, permiten debatir desafíos como abusos sexuales, evangelización y el rol de los laicos, aunque algunos cardenales critican las reformas inclusivas de Francisco. La instalación de una estufa en la Sixtina el 2 de mayo y medidas de seguridad, como la desactivación de cámaras, garantizan la confidencialidad.

El cónclave de 2025, que inicia con la misa Pro Eligendo Pontifice el 7 de mayo, refleja la diversidad de la Iglesia, con cardenales de regiones como Mongolia y Sudán del Sur. Sin un favorito claro, nombres como Luis Antonio Tagle, Matteo Zuppi y Pietro Parolin circulan, pero la elección sigue impredecible. La polarización entre facciones progresistas y conservadoras, junto con la atención global, hace de este cónclave un evento crucial. Aunque históricamente los cónclaves podían durar años, los modernos concluyen en días, y expertos como el cardenal Gregorio Rosa Chávez predicen que este tomará dos o tres días, con el humo blanco anunciando al 267.º papa.

Si está interesado en licenciar este contenido contáctese con [email protected]