Nueva York, Estados Unidos – Jesse Armstrong, la mente maestra detrás de la aclamada serie Succession, regresa con un nuevo y esperado proyecto para HBO: la película Mountainhead. Esta sátira cinematográfica, estrenada este fin de semana, se sumerge en el universo de los multimillonarios tecnológicos, retratándolos como los “nuevos villanos de nuestra época” y lanzando una crítica punzante a su influencia desmedida.
La trama de Mountainhead sigue a un grupo de magnates tecnológicos que se congregan para un fin de semana de póker en la nieve, justo cuando una de sus herramientas impulsadas por inteligencia artificial desata una crisis global. El filme, protagonizado por Steve Carell, Cory Michael Smith, Jason Schwartzman y Ramy Youssef, explora cómo estos personajes intentan reconfigurar el mundo, solo para verse completamente superados por las consecuencias de su propio poder sin frenos institucionales.
Armstrong desarrolló el proyecto en un cronograma acelerado, buscando reflejar la vertiginosa velocidad de los eventos actuales. El rodaje, que tuvo lugar en una mansión de 65 millones de dólares en Park City, Utah, fue descrito por el actor Ramy Youssef como si “simulara naturalmente el Adderall”, haciendo alusión al ritmo frenético de producción. Esta urgencia creativa responde a la dificultad de satirizar una era donde la realidad parece adelantarse constantemente a la ficción.
Para construir a sus personajes, Armstrong se sumergió en la cultura tecnológica, investigando biografías, artículos y escuchando entrevistas clave a figuras prominentes del sector en podcasts. Aunque evita correspondencias directas, los personajes de Mountainhead extraen elementos reconocibles de figuras como Elon Musk, Mark Zuckerberg, Sam Altman y Peter Thiel, capturando la arrogancia y la confianza desmedida combinadas con una sorprendente inseguridad.
A diferencia de Succession, que ofrecía una épica narrativa de herederos fracasados, Mountainhead es un ataque más directo y concentrado al poder contemporáneo, explorando los límites del mito del genio tecnológico con un tono considerablemente más oscuro que producciones anteriores de HBO sobre el sector. La película plantea una inquietante pregunta: “¿Las cosas se mueven demasiado rápido para que la democracia funcione?”, mostrando a un grupo de “reyes autoproclamados no electos” que ven el mundo como un experimento, con el resto de la humanidad como meros peones.
