El despliegue militar de Estados Unidos en aguas internacionales del mar Caribe y el océano Pacífico, dirigido a combatir el narcotráfico, ha dejado un saldo de al menos 70 presuntos muertos. Esta operación, considerada la acción antidrogas más grande del país norteamericano en la región, se ha centrado en la neutralización de “narcolanchas” que transportaban estupefacientes hacia territorio estadounidense.
La ofensiva incluye varios ataques de precisión en los que se han destruido embarcaciones y se ha dado de baja a los ocupantes, descritos por las autoridades estadounidenses como “narcoterroristas”. En una de las intervenciones se destruyeron dos “narcolanchas” con ocho ocupantes, y en ataques posteriores se reportó la muerte de más traficantes. Las autoridades mexicanas se hicieron cargo de la búsqueda y rescate de un sobreviviente, mientras que un ecuatoriano que fue devuelto a su país y puesto en libertad, fue identificado por una investigación de NTN24 como un exconvicto reincidente, y no un “humilde pescador” como se había rumoreado.








