El portaaviones USS Gerald R. Ford, la nave insignia y la más avanzada de la flota estadounidense, se encuentra actualmente en tránsito hacia el mar Caribe. Su llegada, prevista en menos de una semana, dependiendo de las condiciones meteorológicas, posicionará este gigante militar cerca de las costas de Venezuela, un movimiento que intensifica la presión internacional contra el régimen de Nicolás Maduro. El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó el despliegue, enmarcándolo oficialmente dentro de una estrategia ampliada para combatir el narcotráfico en el Caribe y reforzar la capacidad de intervención militar contra organizaciones criminales transnacionales.
El despliegue no solo incluye al USS Gerald Ford, sino que forma parte de una flota de ataque ampliada que comprende buques de asalto, un submarino, destructores y aeronaves de combate de alta tecnología, como los cazas F-35B y aviones de patrulla P-8. Este vasto movimiento naval representa la mayor movilización militar estadounidense en el Caribe desde la invasión de Panamá en 1989, según expertos. Su llegada a la región bajo la responsabilidad del Comando Sur se produce en un momento de escalada de tensiones, justo después de que el ejército estadounidense reportara la destrucción de una decena de embarcaciones cerca de Venezuela y Colombia.
Aunque el gobierno de Washington lo justifica como una operación antidrogas, analistas de política de defensa coinciden en que el mensaje hacia la cúpula chavista es contundente. El investigador Eric Hershberg, de la American University, señaló que el despliegue tiene un objetivo primordialmente psicológico y estratégico: generar presión interna sobre el aparato de poder de Maduro, con la esperanza de precipitar una fractura o un golpe interno. El experto Stephen Biddle, del Consejo de Relaciones Exteriores, aunque descarta un ataque inminente, advierte que la administración Trump es “impredecible”. El envío de la flota fue además precedido por una orden del presidente Donald Trump de encargar a la CIA la realización de operaciones encubiertas dentro de territorio venezolano, consolidando un endurecimiento sin precedentes en la postura estadounidense contra el régimen.








