El volcán Etna, situado en la costa este de Sicilia, ha iniciado una nueva fase de erupción estromboliana que ha captado la atención de científicos y residentes por su intensidad visual. El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia informó que la actividad se concentra en el cráter del sureste, donde se han registrado fuentes de lava que alcanzan varios metros de altura. Este fenómeno ha venido acompañado de una constante emisión de ceniza volcánica que, debido a la dirección de los vientos, se ha desplazado hacia las localidades cercanas, obligando a las autoridades a monitorear la calidad del aire y la seguridad en las carreteras.
A pesar de la espectacularidad de las imágenes, los expertos aseguran que este comportamiento entra dentro de los parámetros normales del Etna, uno de los volcanes más activos del mundo. No obstante, se han activado protocolos preventivos en el espacio aéreo de la región para evitar incidentes con la navegación comercial. Los habitantes de las faldas del monte han reportado temblores leves y ruidos profundos provenientes del subsuelo, característicos de la movilización de magma hacia la superficie. Las autoridades locales recomiendan a la población mantenerse informada a través de los canales oficiales y evitar las zonas de exclusión cercanas a la cumbre.
