El Clásico del Astillero disputado el domingo 14 de septiembre de 2025 en el estadio George Capwell no solo dejó la goleada de Barcelona sobre Emelec, sino también una serie de incidentes que podrían acarrear sanciones disciplinarias contra el club eléctrico.
El partido se vio interrumpido luego de que se lanzaran botellas de vidrio desde las gradas hacia el campo de juego. Aunque no se registraron impactos directos contra los jugadores, el árbitro decidió detener el compromiso para restablecer el orden.
Además, se reportaron peleas en las tribunas y la Policía Nacional tuvo que desalojar a parte de la barra local para que el encuentro pudiera reanudarse.
De acuerdo con el Reglamento General de Competiciones de la FEF, los clubes son responsables de los actos de sus aficionados. El artículo 86 establece sanciones económicas y disciplinarias por el lanzamiento de objetos al terreno de juego, mientras que el artículo 87 contempla medidas más severas —incluida la suspensión parcial o total del estadio— si se pone en riesgo la integridad de jugadores, árbitros o asistentes.
En la misma línea, el Reglamento Disciplinario de LigaPro tipifica como falta grave los incidentes que afecten la seguridad y el desarrollo normal de un partido. En casos previos, clubes como Liga de Quito y Aucas recibieron multas de USD 1.800 por lanzamiento de objetos sin impacto, además de la advertencia de jugar partidos sin público en caso de reincidencia.
Con estos antecedentes, Emelec podría recibir una sanción económica similar o mayor, dependiendo de la valoración de la Comisión Disciplinaria.
Entre las posibles sanciones que se analizan están: multas económicas, la obligación de disputar partidos a puertas cerradas y la suspensión parcial de tribunas. La decisión final se conocerá en los próximos días, tras la revisión de los informes del árbitro y del comisario de juego.
El clásico se reanudó tras varios minutos de suspensión y terminó con un contundente 4-0 a favor de Barcelona, pero los incidentes opacaron el espectáculo deportivo y volvieron a poner sobre la mesa la preocupación por la seguridad en los estadios del país.