La semaglutida, más conocida por su nombre comercial Ozempic, se ha posicionado como un “medicamento milagroso” para bajar de peso, pero los expertos de la Clínica Mayo y Harvard han salido a desmentir esta creencia. El Dr. Andrés Acosta, experto en el tratamiento de la obesidad, asegura que Ozempic no es una “inyección mágica”, sino una herramienta para ayudar al organismo a perder peso, que debe acompañarse de un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta baja en calorías y rica en proteínas. El medicamento, que suprime el apetito, es efectivo para la pérdida de peso, pero no es una solución inmediata.
El artículo también destaca que la mitad de los usuarios de semaglutida dejan el medicamento en un año por su alto costo, el cual, según Drugs.com, puede llegar a los 1.400 dólares mensuales si no está cubierto por un seguro. El medicamento también tiene efectos secundarios leves, como náuseas, estreñimiento y diarrea. Además, los expertos advierten que si no se adoptan hábitos saludables, es probable que se recupere el peso perdido al dejar de tomar el medicamento.