El Gobierno de Estados Unidos evalúa una propuesta innovadora para fortalecer su infraestructura energética: reutilizar reactores nucleares retirados de portaaviones y submarinos de la Armada. Esta iniciativa, impulsada por la empresa HGP Intelligent Energy LLC, tiene como objetivo generar entre 450 y 520 megavatios de potencia continua. El proyecto, que se ubicaría en Oak Ridge, Tennessee, pretende dar respuesta a la creciente demanda de electricidad impulsada por el auge de la inteligencia artificial y los grandes centros de datos.
La propuesta técnica se basa en el aprovechamiento de modelos como el A4W de Westinghouse o el S8G de General Electric, diseñados originalmente para operar en condiciones extremas durante periodos prolongados. Según estimaciones financieras, adaptar estas unidades para uso civil tendría un costo de entre 1 y 4 millones de dólares por megavatio, una cifra significativamente inferior a la inversión requerida para construir una planta nuclear desde cero. Además, el plan contempla compartir ingresos con el Gobierno federal y crear un fondo destinado al desmantelamiento futuro de las instalaciones.
A pesar de las ventajas en cuanto a costos y estabilidad de suministro, el proyecto enfrenta desafíos regulatorios y de seguridad. Expertos del sector advierten que estos reactores fueron fabricados para la propulsión naval y utilizan combustible altamente enriquecido, lo que complica su integración a la red eléctrica civil tradicional. Actualmente, la iniciativa se encuentra en fase de análisis junto al Departamento de Energía, requiriendo tanto garantías de préstamos federales como una inversión privada considerable para cumplir con las normativas vigentes.
