Estados Unidos negocia en secreto con Venezuela la liberación de presos políticos, priorizando a 9 ciudadanos estadounidenses detenidos por el régimen de Maduro, a cambio de narcotraficantes encarcelados en El Salvador. Las conversaciones, lideradas por Mauricio Claver-Carone, enfrentan exigencias de Maduro, como el levantamiento de sanciones y la explotación de petróleo venezolano por empresas estadounidenses. Maduro también busca un canje desigual, similar al de Hamas con rehenes en Gaza. Según Foro Penal, Venezuela detiene arbitrariamente a entre 29 y 50 extranjeros, usando su captura para justificar una narrativa de agresión externa. Trump y Bukele presionan a Maduro, quien ve a los presos como moneda de cambio.
