La secretaria de seguridad nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, ha recomendado la implementación de una prohibición total de viaje para ciudadanos de una docena de países, aludiendo a la protección del país contra amenazas a la seguridad nacional y la seguridad pública. Esta recomendación, que sigue la línea de la orden ejecutiva firmada en junio de 2025 por el presidente Donald Trump, suspende completamente el ingreso de nacionales de doce países, entre los que se incluyen Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. La justificación principal es que estas naciones son consideradas deficientes en la capacidad de detección y control de viajeros, lo que representa un riesgo “muy alto” para la seguridad estadounidense, además de tener elevadas tasas de permanencia ilegal de visados.

La medida también impone restricciones parciales a ciudadanos de otros siete países, entre ellos las naciones latinoamericanas Cuba y Venezuela, limitando o suspendiendo tipos específicos de visados, como los de turismo y negocios. En el caso de Cuba, la restricción se fundamenta en su designación como estado patrocinador del terrorismo y su supuesta negativa a cooperar en la readmisión de ciudadanos deportados. Para Venezuela, la Casa Blanca argumenta la falta de una autoridad central competente para expedir documentos de viaje confiables. La orden ejecutiva busca establecer un proceso de revisión de seguridad constante en regiones de alto riesgo y reafirma la postura de la administración de limitar la migración de países donde la verificación de antecedentes no es considerada segura, a pesar de que la política ha enfrentado y sigue enfrentando fuertes desafíos legales y críticas por su impacto humanitario.








