Un ensayo clínico a gran escala realizado en Estados Unidos reveló que un estilo de vida saludable puede mejorar significativamente la salud cerebral en adultos mayores con riesgo de deterioro cognitivo. El estudio, denominado US POINTER, fue presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2025 en Toronto y publicado simultáneamente en la revista JAMA.
Durante dos años, más de 2.000 participantes fueron evaluados en cinco centros académicos, comparando dos tipos de intervención: una estructurada y otra autoguiada. La intervención estructurada incluyó 38 sesiones facilitadas, entrenamiento físico regular, dieta MIND, ejercicios cognitivos con BrainHQ y seguimiento clínico. En contraste, la intervención autoguiada consistió en solo seis encuentros y apoyo general.
Los resultados mostraron que ambos grupos mejoraron su cognición global, pero los participantes del programa estructurado presentaron avances más significativos, incluso logrando proteger la función cognitiva frente al deterioro normal por envejecimiento. El estudio subraya que la intensidad, estructura y apoyo constante son claves para obtener beneficios sostenibles.
Joanne Pike, presidenta de la Asociación de Alzheimer, destacó que este es el primer ensayo clínico aleatorizado que demuestra cómo una intervención accesible y escalable puede tener un impacto real en la salud cerebral. Además, los beneficios fueron consistentes sin importar el sexo, etnia, genética o estado cardiovascular de los participantes.
Este hallazgo representa una oportunidad crucial para la salud pública, reforzando el mensaje de que adoptar hábitos saludables no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede ser una herramienta poderosa para prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.