El Reino Unido y la Unión Europea anunciaron el 19 de mayo de 2025 nuevas sanciones contra Rusia, tras el fracaso de una llamada entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, que no logró avances hacia un alto al fuego en Ucrania. Las medidas británicas apuntan a decenas de entidades que apoyan la maquinaria militar rusa, sus exportaciones energéticas, instituciones financieras y campañas de desinformación vinculadas a la invasión de Ucrania. Por su parte, la UE, liderada por la jefa de política exterior, Kaja Kallas, aprobó sanciones contra la flota sombra rusa, compuesta por unos 200 buques, y anticipó más restricciones en el futuro. Estas acciones reflejan una respuesta contundente ante la falta de compromiso de Moscú para detener el conflicto.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, acusó a Rusia de “intentar ganar tiempo” para prolongar la guerra y la ocupación, insistiendo en que la paz debe alcanzarse mediante negociaciones con propuestas claras y realistas. Aunque agradeció las sanciones, enfatizó la necesidad de mayor presión internacional para cambiar el comportamiento ruso. La llamada entre Trump y Putin, celebrada el lunes, no cumplió con las expectativas de un alto al fuego inmediato, como había propuesto Trump y respaldado Zelenskyy dos meses antes. En cambio, Trump instó a Kiev y Moscú a negociar directamente, sugiriendo incluso una mediación papal, y describió la conversación con Putin como “excelente”, pese a la falta de avances concretos. Líderes europeos, incluidos los de Alemania, Francia, Italia, Finlandia y la Comisión Europea, expresaron sorpresa ante la percepción optimista de Trump, según fuentes citadas por Axios, que indicaron que Putin no modificó su postura.
Rusia, por su parte, mantuvo su posición inflexible, exigiendo que Ucrania retire sus tropas de cinco regiones, incluidas áreas no ocupadas, como condición para un posible alto al fuego temporal. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló que no hay un cronograma definido para preparar un memorando de negociaciones, y Rusia acusó a Europa de bloquear el diálogo directo con sus sanciones. Mientras tanto, Trump mostró señales de desinterés, calificando las negociaciones como un proceso exclusivo entre las partes y amenazando con “retirarse” del esfuerzo mediador, según declaraciones que reflejan su frustración. Este escenario ha generado preocupación en Kiev, donde funcionarios temen que Estados Unidos, bajo Trump, priorice futuros acuerdos comerciales con Rusia sobre una resolución rápida del conflicto. Con Washington adoptando una postura menos activa, Ucrania intensifica sus esfuerzos para obtener más apoyo militar y sanciones de Europa.
