El Ministro del Interior, John Reimberg, anunció el inicio del proceso de deportación individual de mil ciudadanos extranjeros que cumplían condenas por diversos delitos en el país, y tienen prohibido reingresar al país por 40 años.
Según detalló, estas personas estaban privadas de libertad por robo, receptación, tráfico ilícito de sustancias y delitos contra la propiedad, y ahora, tras finalizar sus sentencias, serán expulsadas de manera definitiva.
“Esta acción forma parte de nuestra política de tolerancia cero con el crimen organizado. Quienes atenten contra la seguridad del país no tienen cabida aquí”, afirmó Reimberg, dejando claro que se trata de una medida destinada a reforzar el control migratorio y la seguridad ciudadana.
El ministro también precisó que estos individuos tendrán prohibido su ingreso al Ecuador por los próximos 40 años, una restricción sin precedentes que busca evitar que delincuentes reincidan en territorio nacional.
“No vamos a permitir que el terror cruce nuestras fronteras, ni que se instale en nuestras calles. Seguiremos firmes. La seguridad de los ecuatorianos está por encima de todo”, enfatizó.
La deportación de extranjeros vinculados a actividades criminales se enmarca en la estrategia integral del Gobierno para enfrentar al crimen organizado transnacional y reducir los índices de violencia que han golpeado al país en los últimos años.
Esta medida ha sido respaldada por sectores que demandan mayor firmeza contra la inseguridad, aunque también genera debate sobre el seguimiento y control que se aplicará para garantizar que los deportados no retornen al país de forma irregular.