El miedo vuelve a apoderarse de las calles de Guayaquil, luego de una serie de falsas alarmas de bomba registradas en los últimos días. Aunque todas han sido descartadas por las autoridades, la preocupación ciudadana persiste tras los atentados reales ocurridos recientemente fuera de la Penitenciaría del Litoral y en la Avenida Joaquín Orrantia, donde explosivos sí llegaron a detonar.
La más reciente alarma se dio este martes, en la avenida 25 de Julio, donde se reportó la presencia de un vehículo sospechoso. Unidades especializadas del GIR y la Policía Nacional evacuaron el área y descartaron la presencia de explosivos tras una revisión exhaustiva.
Días antes, una situación similar se vivió en los exteriores del Mercado Central y el Mall del Norte, donde un paquetes abandonados generaron pánico entre transeúntes y comerciantes. También fue una falsa alarma.
Aunque las autoridades han reiterado que ninguna de estas amenazas resultó real, los guayaquileños viven con creciente tensión, especialmente después de que varios coches bomba explotaran en distintas ciudades del país. Expertos advierten que este tipo de falsas alertas pueden ser parte de estrategias de desinformación o sabotaje psicológico para sembrar miedo y distraer a las fuerzas del orden.
