Fernando Alonso confesó recientemente que su retorno a la Fórmula 1 en 2021 no fue tan sencillo como esperaba en términos de rendimiento puro. Tras dos años de ausencia, durante los cuales compitió en el Mundial de Resistencia, las 24 Horas de Le Mans y el Rally Dakar, el piloto español admitió que inicialmente era una décima más lento de lo que indicaba su nivel previo en 2018. Según explicó en una entrevista para DAZN recogida por Car and Driver, aunque se sentía físicamente capaz, el cronómetro reflejaba una pequeña brecha que le costó cerrar debido a la adaptación del sistema cognitivo y la necesidad de recuperar la confianza infalible necesaria para competir al límite técnico del monoplaza.
A pesar de las dificultades iniciales con Alpine, Alonso logró consolidarse nuevamente como uno de los pilotos más competitivos de la parrilla, lo que le permitió dar el salto a Aston Martin en 2023. De cara a la temporada 2026, el asturiano se muestra optimista ante el cambio de reglamento técnico y la nueva asociación de su escudería con Honda. No obstante, ha dejado entrever que su continuidad en la máxima categoría dependerá de los resultados y sensaciones durante ese año, sin descartar un posible regreso a otras disciplinas como el Dakar. Por ahora, el bicampeón mundial sigue enfocado en exprimir el rendimiento de su coche, destacando que el equilibrio entre la autoestima y el ego ha sido clave para mantenerse vigente frente a las nuevas generaciones de pilotos.
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