Miles de admiradores, celebridades y autoridades se reunieron en Milán para despedir a Giorgio Armani, el legendario diseñador italiano que falleció a los 91 años. La capilla ardiente, instalada en el Teatro Armani en la calle Bergognone 59, abrió sus puertas el sábado 6 y domingo 7 de septiembre, permitiendo al público rendir homenaje al creador de un imperio de la moda que redefinió la elegancia contemporánea.
El espacio, diseñado por el arquitecto japonés Tadao Ando e inaugurado en 2015, fue el escenario perfecto para honrar su legado, ya que albergó durante años desfiles, exposiciones y eventos culturales de la marca.
El féretro, de madera clara, estuvo rodeado de farolillos y acompañado por una fotografía de Armani junto a una cita que reflejaba su filosofía: “Espero haber dejado un legado por medio del compromiso, el respeto y la atención hacia las personas y la realidad”.
Entre los primeros en acudir estuvieron el alcalde de Milán, Beppe Sala, quien propuso trasladar los restos del diseñador al Famedio, el panteón de los milaneses ilustres, y figuras como Donatella Versace, histórica rival y amiga, y John Elkann, presidente de Stellantis. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también expresó su admiración, destacando que vistió un traje de Armani durante su juramento como jefa de gobierno, simbolizando “la defensa del ‘Made in Italy’, innovación y calidad”.
El funeral, conforme a los deseos de Armani, se celebrará de manera privada el lunes 8 de septiembre, día declarado de luto ciudadano en Milán. El diseñador, conocido por su sobriedad y estilo atemporal, deja un imperio valorado en miles de millones de euros, que ahora será gestionado por su pareja, Leo Dell’Orco, y sus sobrinos, Silvana Armani y Andrea Camerana, principales beneficiarios de su herencia.
