El 6 de mayo de 2025, agentes de la Policía Penitenciaria de la cárcel de Pococí, en Limón, Costa Rica, capturaron a un gato blanco con manchas negras que transportaba 235 gramos de marihuana, 67 gramos de crack y papel para cigarrillos, pegados con cinta adhesiva a su cuerpo. El felino, detectado durante un patrullaje nocturno en una zona verde del penal, fue interceptado mientras intentaba escalar una reja. Las autoridades decomisaron las sustancias y entregaron al animal al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) para su cuidado, mientras investigan a los responsables de este intento de contrabando.
El caso, viral en redes sociales donde el gato fue apodado “Narcomichi”, refleja el ingenio de las redes criminales para burlar la seguridad penitenciaria. No es el primer incidente de este tipo en Costa Rica: en 2018, un gato en la prisión La Reforma llevaba droga y teléfonos, y en 2021, otros felinos fueron usados en las cárceles Jorge Arturo Montero y Nelson Mandela. El Ministerio de Justicia y Paz refuerza los protocolos de seguridad para prevenir estos métodos, que también incluyen palomas, y subraya la necesidad de combatir el narcotráfico dentro de los penales.