Un tribunal de París encontró culpable al actor francés Gérard Depardieu, de 76 años, por agredir sexualmente a dos mujeres durante el rodaje de la película Les Volets Verts en 2021. La sentencia, dictada el 13 de mayo de 2025, impone una pena de 18 meses de prisión suspendida y la inscripción del actor en el registro de delincuentes sexuales. Depardieu, una figura legendaria del cine francés, no asistió a la lectura del veredicto, y su abogado, Jérémie Assous, anunció que apelará la decisión, calificándola de injusta y cuestionando la validez de los testimonios presentados.
Las acusaciones provienen de una decoradora de 54 años y una asistente de dirección de 34 años, quienes denunciaron tocamientos no consentidos y lenguaje sexualmente explícito por parte de Depardieu en el set. La decoradora relató que el actor la atrapó entre sus piernas y tocó sus pechos, acompañando el acto con comentarios vulgares, mientras que la asistente, identificada como Sarah, afirmó que Depardieu tocó sus glúteos y pechos en múltiples ocasiones. Durante el juicio de cuatro días en marzo de 2025, Depardieu admitió haber usado lenguaje subido de tono y haber tocado las caderas de una de las denunciantes, pero negó cualquier intención sexual, argumentando que su comportamiento era provocador pero no delictivo.
El caso ha avivado el debate sobre el movimiento #MeToo en Francia, poniendo en el centro la responsabilidad de figuras influyentes en la industria cinematográfica. La fiscalía, que había solicitado la condena suspendida y una multa de 20.000 euros, destacó la falta de autocrítica de Depardieu y el impacto traumático de sus acciones en las víctimas. Aunque el actor enfrenta otras acusaciones de agresión sexual, incluyendo una por violación presentada por la actriz Charlotte Arnould, este es el primer caso que llega a juicio. La condena marca un punto de inflexión en la carrera de Depardieu, quien anunció su retiro del cine durante el proceso, y refleja un cambio en la manera en que Francia aborda las denuncias de violencia sexual.
Organizaciones feministas han celebrado el fallo como un paso hacia la justicia, aunque algunas voces advierten que la pena suspendida podría percibirse como indulgente. Mientras tanto, el caso ha generado división en la opinión pública, con figuras como la actriz Fanny Ardant defendiendo a Depardieu y otros condenando su conducta. La apelación podría prolongar el proceso legal, pero el veredicto actual envía un mensaje claro sobre la tolerancia a la impunidad en la industria del entretenimiento. En un contexto donde Francia enfrenta un ajuste de cuentas cultural tras casos como el de Gisèle Pelicot, la condena de Depardieu subraya la importancia de escuchar a las víctimas y abordar el abuso de poder en todos los ámbitos.