El Gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ejecutó tres bombardeos letales en el océano Pacífico, según confirmó el Departamento de Defensa. Las acciones militares se realizaron con drones y misiles guiados de alta precisión, dirigidos contra posiciones identificadas como amenazas para la seguridad estadounidense.
El Pentágono informó que los ataques dejaron al menos catorce fallecidos y difundió imágenes que muestran la potencia del armamento empleado. Las autoridades señalaron que el objetivo fue neutralizar actividades ilegales en zonas estratégicas del Pacífico y reafirmar la capacidad de respuesta militar de Estados Unidos. Analistas internacionales calificaron la operación como un mensaje político de firmeza ante potencias rivales y organizaciones no estatales.








