Gonzalo Valle fue titular en los dos últimos partidos de la selección ecuatoriana por las eliminatorias mundialistas frente a Brasil y Perú.
En el primero, disputado en casa, superó con madurez los nervios del debut internacional en un empate sin goles ante la canarinha. En el segundo, contra Perú en Lima, tuvo una actuación consagratoria: sostuvo el arco en cero, salvó remates clave como un cabezazo de Paolo Guerrero y una incursión de Andy Polo, y fue elegido como el mejor jugador del partido.
Su temple bajo presión fue determinante para que Ecuador diera un paso crucial rumbo al Mundial 2026. Valle es actualmente arquero de Deportivo Universitario de Quito (Liga de Quito), equipo al que llegó en enero de 2024 desde Guayaquil City.
En su nuevo club ha sumado minutos importantes esta temporada debido a las lesiones y problemas físicos de Alexander Domínguez, histórico guardameta de la Tri. La oportunidad le llegó también en la selección, y no la desaprovechó.
A sus 29 años, Gonzalo Roberto Valle Bustamante ha recorrido un camino largo y no exento de obstáculos. Nacido el 28 de febrero de 1996 en Riobamba, se formó en Fedeguayas y debutó profesionalmente en River Ecuador (luego Guayaquil City) en 2017, donde acumuló más de 110 partidos.
Sin embargo, su carrera estuvo en riesgo cuando fue diagnosticado con una arritmia cardiaca que lo obligó a someterse a una operación de corazón abierto. Estuvo alejado de las canchas por varios meses, pero volvió con determinación y se consolidó.
Más allá del fútbol, Valle también ha apostado por su preparación académica —estudió Gestión Empresarial— y junto a su esposa fundó una escuela de fútbol para niños, mostrando su compromiso con el desarrollo deportivo del país.
Hoy, tras años de trabajo silencioso y sacrificio, Valle emerge como una opción sólida para el arco ecuatoriano. Su historia de esfuerzo y superación lo coloca no solo como una revelación en la Tri, sino como un símbolo de perseverancia en el deporte nacional.