Con el cambio de la época lluviosa a la seca en mayo de 2025, los escaparates y módulos de Guayaquil se renuevan con una creciente oferta de chompas, abrigos y prendas de manga larga, respondiendo al clima más fresco y ventoso que caracteriza las noches y madrugadas en la ciudad. En la Bahía, los comerciantes reportan un aumento en la demanda de chaquetas rompevientos de poliéster desde $10 y abrigos de algodón a $20, mientras que en mercados como Cuatro Manzanas y la avenida Olmedo, los precios de prendas abrigadas comienzan desde $5. Esta transición climática, confirmada por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), lleva a los guayaquileños a buscar ropa que los proteja del frío y posibles virus estacionales, especialmente durante el feriado del 24 de mayo, cuando muchos planean viajar a zonas montañosas.
El técnico del Inamhi, Boris Malavé, explicó que desde mediados de mayo se perciben cambios en Guayaquil y cantones vecinos, con temperaturas que podrían descender a 22 °C a finales de mes y vientos alisios más intensos debido al alta semipermanente del Pacífico Sur. Esta variación climática impulsa la venta de prendas como pijamas de manga larga, bodies cuello alto y sábanas tipo peluche, que en la avenida Olmedo alcanzan los $8. Residentes como Diana Olvera, del sur de la ciudad, han optado por pedidos de ropa de la Sierra, mientras que padres de familia aseguran que los niños usan chompas escolares incluso en la tarde para protegerse del viento. En los planteles, el uso de estas prendas es obligatorio en jornadas matutinas y vespertinas para evitar resfriados, según comentó Laura, una madre del norte de Guayaquil.
La preferencia por ropa abrigada no solo responde al clima, sino también a la necesidad de prevención sanitaria. Ciudadanos como Juan Hidalgo, visitante del centro, destacan la importancia de cubrirse para evitar gripes, mientras una vendedora de la Bahía señaló que asiste con chompas grandes al final de su jornada debido al frío nocturno. La oferta en los mercados incluye desde calentadores a $12-$18 hasta buzos de tela fina desde $5, como se reportó en años anteriores en zonas como la avenida Olmedo y las calles Chimborazo y 6 de Marzo. Esta tendencia comercial coincide con el feriado, cuando los guayaquileños aprovechan para adquirir prendas abrigadas tanto para uso local como para viajes a la Sierra, donde el frío es más intenso.
El comercio de ropa abrigada también refleja una adaptación cultural y práctica. Wilson, un comerciante de la Sierra en la Bahía, indicó que los módulos han cambiado sus diseños para exhibir prendas que abriguen, mientras que en el Malecón Simón Bolívar se observa a más personas usando chompas y abrigos. La combinación de factores climáticos, sanitarios y turísticos impulsa esta dinámica comercial, que no solo beneficia a los vendedores, sino que también refuerza la preparación de los ciudadanos ante el cambio estacional. Sin embargo, Malavé advirtió que las lluvias leves podrían persistir un par de semanas más, por lo que los guayaquileños deben equilibrar el uso de ropa abrigada con la protección contra posibles precipitaciones.